Seguimos con más tomates excepcionales. No son tan grandes como el anterior, pero sí del mismo género.
De todos modos, vemos la calidad y, aunque no podamos apreciar su textura, sí los podemos comparar con el paquete de tabaco para comprobar su tamaño excepcional.
Tres hermosos ejemplares de CALABACÍN. Pueden medir más de UN METRO. De hecho han llegado hasta el metro quincecentímetros (ciertamente medido).
Se pueden comer, cuando están tiernos, fritos y rebozados con huevo, hechos rodajitas, como si fuera una berenjena o un calabacín más pequeño.
Si se dejan secar, su corteza se vuelve dura y por dentro se queda hueco. Al abrir un agujero por uno de los extremos se pueden sacar sus pipas, que servirán para poder plantarlas en sucesivas cosechas. Si se rellena con arroz o arena fina, se puede convertir en un instrumento musical: un sonajero.